La recaudación del Impuesto sobre Sociedades en España ha sido objeto de análisis y debate en los últimos años, y los datos recientes muestran una tendencia preocupante. En 2020, el país recaudó menos de 16.000 millones de euros con este impuesto, una cifra que, si bien puede atribuirse en parte al impacto económico de la pandemia, revela una situación estructural que merece atención y reflexión.

El Impuesto sobre Sociedades es una pieza fundamental del sistema tributario español

Ya que grava los beneficios obtenidos por las empresas en el ejercicio de su actividad económica. Sin embargo, a pesar de su importancia, la recaudación de este impuesto ha sido históricamente baja en comparación con otros países de la Unión Europea, lo que plantea interrogantes sobre su eficacia y adecuación en el contexto actual.

Una de las principales causas del bajo rendimiento del Impuesto sobre Sociedades en España es la complejidad de su normativa y la existencia de numerosas deducciones, bonificaciones y regímenes especiales que permiten a las empresas reducir su carga fiscal de manera significativa. Si bien estas medidas pueden tener como objetivo fomentar la inversión y el crecimiento empresarial, también pueden ser aprovechadas para eludir el pago de impuestos de manera legal.

 

Otro factor que contribuye a la baja recaudación del Impuesto sobre Sociedades es la evasión fiscal y la elusión de impuestos por parte de algunas empresas, que aprovechan lagunas en la legislación o recurren a prácticas agresivas de planificación fiscal para minimizar su carga tributaria. Aunque estas prácticas pueden no ser ilegales, plantean interrogantes éticos y sociales sobre la equidad del sistema tributario y la distribución de la carga fiscal entre empresas y ciudadanos.

La globalización y la digitalización de la economía han creado nuevos desafíos para la tributación de las empresas,

Ante este panorama, es necesario abordar la cuestión de la recaudación del Impuesto sobre Sociedades desde una perspectiva integral y multidimensional. Esto implica no solo revisar y simplificar la normativa fiscal, eliminando deducciones injustificadas y cerrando lagunas legales, sino también fortalecer los mecanismos de control y supervisión para prevenir la evasión fiscal y garantizar una tributación justa y equitativa.


Además, es fundamental promover la cooperación internacional en materia fiscal y avanzar hacia una mayor transparencia y coordinación entre países para abordar los desafíos fiscales globales de manera efectiva. Esto incluye la adopción de medidas como la armonización de las normas fiscales y el intercambio automático de información entre administraciones tributarias.

En última instancia,

la recaudación del Impuesto sobre Sociedades en España es un reflejo de la complejidad y los desafíos inherentes al sistema tributario actual. Abordar estos desafíos requiere un enfoque holístico y colaborativo que involucre a todos los actores relevantes, desde el gobierno y las empresas hasta la sociedad civil y los organismos internacionales. Solo así podremos construir un sistema fiscal más justo, eficiente y sostenible para todos.